En el marco del proyecto sobre memoria histórica y en el desarrollo de la idea de entrevistar a varias entidades y a varias personas que hacen parte y han sido líderes de la comuna 4 y el barrio San Pedro Lovaina; decidimos resaltar toda una historia, de un lugar que hace parte del patrimonio histórico de nuestro país, nuestra ciudad Medellín y el barrio San Pedro Lovaina.
Patricia García es la directora del Museo Cementerio San Pedro. Su labor como directora es visibilizar y darles vida constante a las actividades, conmemoraciones, conversatorios, muestras, exposiciones, etc. Que tienen lugar dentro de un espacio que tradicionalmente se ha considerado inerte, que alberga la muerte y que parece guardar sólo una historia que pesa en sus dolientes.
Podríamos empezar diciendo entonces que el Museo cementerio San Pedro está más vivo que nunca. Que en el relato de doña Patricia, cada historia y cada rincón de ese lugar -que fue creado inicialmente por personajes que fueron parte de una élite marcada colombiana – rebosa de historias, de luchas, de guerras, de desgracias, de alegrías, de esfuerzos y derrotas, que finalmente desembocan en una reunión individuos que no pueden escapar de ella y a la que es mejor recibir amistosamente cuando llega, es decir, la muerte.
Patricia tiene una responsabilidad muy grande, que es gestionar ese espacio, ese lugar desde una connotación de museo, de memoria; resaltando de una manera muy especial la condición patrimonial que tiene esa edificación y que de alguna manera valida la función funeraria del cementerio, que justamente el año pasado, en el mes de septiembre cumplió 180 años.
Para contextualizar un poco acerca de la historia de este: el cementerio San Pedro obedece a una iniciativa de 50 personajes en el año de 1842, el señor Pedro Uribe se reúne con 50 personajes y decide crear un espacio completamente diferente al que había en su momento, cuando finalmente las prácticas de salubridad de la ciudad de Medellín apenas estaban empezando a plantearse. Antes del cementerio había otros espacios funerarios, espacios donde había cementerios, por ejemplo, donde hoy es Bolívar, en los sectores de la Veracruz, en los sectores donde era el colombiano, toda esa parte de nuestra ciudad, también el cementerio San Lorenzo, etc.
Para poder hablar un poco sobre los inicios de los cementerios debemos partir de las exhumaciones que se daban en las capillas. Primero a la gente la enterraban en las capillas, luego empiezan a haber cementerios, como los espacios antes mencionados, por ejemplo: San Lorenzo, etc.
Continuando con esta historia, una idea bastante arraigada dentro de la cultura colombiana, es esta marcada y absurda brecha entre el rico con el pobre. Inicialmente, la creación del cementerio obedeció a estos cánones, fue tipo: “Yo necesito un cementerio para ricos, un cementerio donde seamos dignos de enterrar nuestras familias”. Empieza ese proyecto, un proyecto que se consolida en 1845, cuando llega su primer fallecido y ahí empieza una historia completamente diferente, donde nace un cementerio con unas características completamente diferentes a las que existían en su momento, un cementerio para los ricos, para la clase alta, para la élite.
Lo anterior permite decirle al ministerio de cultura, que hay un lugar potente al que mirar, que hay una huella histórica, antropológica y estética importantísima. Después decidieron buscarle declaratoria al cementerio. ¿Para qué hacer esto con una edificación? Para protegerlo de todo desarrollo urbanístico que pueda haber en la zona o en la ciudad. El cementerio entonces tiene una declaratoria patrimonial, sigue cumpliendo con su condición funeraria. El cementerio hoy presta servicios de inhumación, de cremación, de capilla, de venta de osarios y de cenizarios, y su parte funeraria está más viva que nunca después de 180 años.
¿Por qué este lugar es considerado patrimonio? Por esas características estéticas, el patio central cumple o narra una impronta de artistas muy grandes como: Bernardo Vieco, Marco Tobón Mejía, Demeritón Rodríguez. Lo que muestra esto es que hay unas tallas y unas improntas, hay esculturas de una gran factura que definitivamente son dignas de reconocer como patrimonio. Entonces se comienza a narrar historia local, municipal y nacional; entonces desde ahí se da esta importancia.
¿Antropológicamente por qué es importante este lugar? Porque es el lugar de las prácticas funerarias. Porque desde el momento que se piensa en un lugar como estos por allá en 1842, y reafirmando esto que aparece el acta de constitución de este cementerio, dice claramente: ellos inician un proyecto -inician porque es un proyecto que sigue-, en el que necesitan un cementerio para que a través de los siglos las personas sigan recordando a sus seres queridos. Esto solo puede reflejar una cosa: las prácticas rituales en este lugar están vivas completamente.
Este es un cementerio vivo que sigue prestando servicio funerario, es un patrimonio y es un museo. Y que como museo nuestra responsabilidad es mantener viva la historia de este lugar. ¿Cómo la mantenemos viva? A través de una serie de programaciones: educativas, culturales, sociales, de encuentros con las comunidades, como un espacio de memoria que está al servicio de la comunidad. Y como personas comunes y corrientes nosotros mantenemos vivos estos espacios asistiendo y llenando estos espacios, para que circulen libremente el arte y la cultura de esta ciudad.
Lugar: Museo Cementerio San Pedro.
Forma: Grabada con cámara y grabadora en el cementerio San Pedro.
Fecha: 13 de marzo de 2023.
Material Audiovisual: